En el pasado mes de Octubre salió a la luz el Informe de la Fundación Adecco sobre Directivos y Responsabilidad
Social Corporativa, aportando al
panorama empresarial nuevos datos sobre la situación actual de la
Responsabilidad Social Corporativa en España.
Las conclusiones generales son positivas: La RSE sigue demostrando sus
aptitudes para mejorar la competitividad de la Empresa a largo plazo, y el
estudio afirma que un 92% de las empresas no reducirá las iniciativas
responsables en 2014 (49%), o que incluso, las reforzará (43%). Sin embargo, no
todas las modalidades de la Responsabilidad Social Corporativa crecerán por
igual durante el 2014. Las empresas encuestadas favorecen más a las políticas
ambientales que a las sociales (contratación de personas con discapacidad, plan
de igualdad, medidas de conciliación, etc.). Pero no es todo negativo para los
que nos dedicamos al área Social; hay una buena noticia: El voluntariado
corporativo se mantiene e incluso despunta hacia un futuro más prometedor: un
42,9% de los directores de Recursos Humanos prevé un alto desarrollo de esta
práctica en 2014.
¿Y qué es el Voluntariado Corporativo? ¿En qué se diferencia del
tradicional? ¿Porqué las empresas empiezan a desarrollarlo?
Según la definición del Observatorio de Voluntariado Corporativo , se trata de un conjunto de actividades
promovidas y apoyadas por una empresa que tiene como finalidad la involucración
y participación libre de sus empleados a través de la dedicación de su tiempo,
capacidades y talento a causas, proyectos y organizaciones sin ánimo de lucro.
Al igual que el tradicional,
este voluntariado también requiere de metodologías e instrumentos para
diseñarlo y evaluarlo de forma óptima, sin embargo, también cuenta con
diferencias derivadas de importantes riesgos que provienen de la confluencia
entre la naturaleza del Voluntariado y la naturaleza empresarial. Que los
trabajadores no perciban los resultados de las ayudas, la idealización del
voluntariado o la falta de formación o sensibilización de los empleados,
requiere una metodología y especialización superior al Voluntariado
Tradicional.
Para solventar este problema,
existen actualmente numerosas guías para implantar un proyecto de voluntariado
corporativo en una empresa con éxito; como la de Forética
escrita por la reconocida experta en Inversión Social y colaboradora de nuestra
empresa, Paloma Lemonche.
Respecto al interés de las
empresas y ONG por desarrollarlo, se debe a las numerosas
ventajas que
se obtienen para ambos. El desarrollo de nuevas competencias, la crisis
económica del Tercer sector y la necesidad de las empresas por comunicarse con
sus grupos de interés, favorecen un entorno propicio para el Voluntariado
Corporativo. Una nueva fórmula en la que todos ganamos.
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